PANDEMIA Y BRUXISMO  - Nacho Varela
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PANDEMIA Y BRUXISMO 

PANDEMIA Y BRUXISMO: MI EXPERIENCIA PERSONAL

 

Llevo tiempo queriendo escribir sobre la más que evidente relación que he encontrado estos meses entre pandemia y bruxismo. Escribo este post en un tono personal, con un lenguaje nada técnico y sin apoyarme en ningún estudio científico más allá de mi propia experiencia y la de las personas que tengo en mi entorno laboral. Aunque estoy seguro que no tardarán en abordar el tema en la universidad de Masachusetts si es que no lo han hecho ya 😉 .

Cuando comenzó la llamada fase 0´5 en Madrid, allá por el mes de mayo de 2020, empecé a trabajar de nuevo. Las calles estaban desiertas pero, ante la dificultad y el temor que suponía salir de casa, mi teléfono no dejaba de sonar y los servicios a domicilio se dispararon.

 

 

 

Desde esos primeros días de trabajo incesante tras el confinamiento, comencé a observar que los casos de problemas cervicales, mareos y dolores de cabeza se multiplicaban. Pese a que la mayoría de las personas habían permanecido encerradas en casa sin trabajar, muchas personas sufrían procesos agudos de dolor.

 

 

¿POR QUÉ?

 

Al principio, lo achacaba al uso de mascarilla, que como he podido comprobar en mis propias carnes y a base de preguntar a otras personas, hace que tengamos la mandíbula en tensión. Llevamos la mandíbula a protrusiva, apretamos los dientes y hacemos gestos raros con la boca tras el cubrebocas. La tensión que ejercen las gomas tras las orejas es otro factor a tener en cuenta. Estas producen desequilibrios y restricciones en las tensiones miofasciales del cuello y la cabeza.

 

 

Sin embargo, con el paso del tiempo me he dado cuenta de que por encima de todo eso está el shock emocional. La incertidumbre, las malas noticias constantes en los medios, la creciente tensión en RRSS y la angustia que han sufrido muchas personas por sus circunstancias personales, han puesto al sistema nervioso a prueba. Algunas personas han sido muy conscientes de esto, disponen de las herramientas y han podido hacer un trabajo emocional profundo para contrarrestar esto, pero no ha sido así en la mayoría de casos. Muchas personas han sufrido un estrés soterrado, inconsciente pero constante  que ha hecho mella a nivel musculo esquelético y psicológico.

 

 

POSIBLES SOLUCIONES

 

En ocasiones, cuando durante la sesión realizo un trabajo en ATM, las personas son conscientes de pronto del estado en que se encuentran sus músculos masetero y temporal. Simplemente al ejercer sobre ellos leves maniobras de fricción o masaje transverso, les hacen ver las estrellas. Me hacen comentarios del tipo… «¿qué tengo ahí? ¡no sabía que tenía eso así!»

 

 

Por suerte este tipo de trabajo miofascial y PG junto con maniobras de musculoenergía, suelen funcionar de forma espectacular en pocas sesiones. Pero son insuficientes si el sujeto no atiende a ese estrés, no lo visualiza y hace consciente para después «tomar cartas en el asunto». Y con «tomar cartas en el asunto» quiero decir, por ejemplo, evitar pensamientos negativos y obsesivos (en la medida de lo posible), hacer ejercicio físico, modificar la dieta, ir a terapia, apagar la televisión, dar a tus hijos en adopción o pedir el divorcio (es broma).

Yo mismo he sentido dolor y fatiga en ATM durante los últimos meses. He tenido que trabajar sobre mi musculatura masticatoria para aliviarla ya que a veces las molestias han sido agudas cuando he estado unas cuantas horas seguidas trabajando con mascarilla.

Y tú, ¿has podido sentir este estrés y esa tensión de la que hablo en este post? ¿Qué factores añadirías además de los que yo describo?