
05 Abr INTOLERANCIA AL GLUTEN Y PATOLOGÍA LUMBAR
La celiaquía o intolerancia al gluten y patología lumbar son términos que en un principio no parecen tener nada que ver, pero como veremos en este post, están relacionados en muchos más casos de los que creemos. En el siguiente post hablaré sobre qué problemas de espalda puede generarnos esta patología, cómo diagnosticarlo y de qué manera podemos intentar solucionarlo.
¿QUÉ ES EL GLUTEN?
Es una glucoproteina presente en cereales de secano y que tiene poco valor biológico. Es muy valorado en la industria agroalimentaria por su efecto aglutinante y estructurante cuando la harina se mezcla con el agua.
CEREALES CON GLUTEN
Los más comunes que contienen gluten son el trigo, la cebada, la avena, el centeno, la espelta o el kamut. Los cereales son alimentos controvertidos porque tienen muchos beneficios como que son alimentos muy completos ya que contienen hidratos de carbono, proteínas, fibra, vitaminas B y E y minerales. Estas ventajas se conservan siempre que no sean refinados, en cuyo caso se reducen considerablemente. Sin embargo también tienen algunas desventajas, como por ejemplo que tienen aminoácidos de poco valor biológico o que el gluten provoca reacciones inmunitarias a alrededor del 10% de la población.
CELIAQUIA
La celiaquía es una enfermedad que produce la atrofia de las vellosidades intestinales secundaria a una reacción inflamatoria permanente mediada por anticuerpos IgA que reaccionan contra el gluten. Es decir, es una inflamación constante, más o menos aguda que con el tiempo puede volverse crónica y va destruyendo la vellosidad intestinal, lo que genera muchos problemas secundarios como cambios en la permeabilidad intestinal. Se considera que alrededor del 1% de la población tienen una enfermedad de este tipo y en muchas ocasiones no diagnosticada.
Síntomas
Síntomas digestivos:
– Estreñimientos o diarreas. Son frecuentes las diarreas cuando se produce una gran intoxicación pero suele ser constante en el tiempo el estreñimiento pertinaz que no cede a la ingesta de fibra y líquido.
– Sensación de gases, hinchazón o dispepsia funcional.
– Ardor, acidez o reflujo.
– Frecuentemente esta intolerancia favorece la aparición de otras intolerancias, por ejemplo a los lácteos.
Síntomas no digestivos:
– Dermatitis atópica, especialmente dermatitis herperiforme.
– Cefaleas frecuentes y rebeldes.
– Sensación de mareo o inestabilidad- Anemia por mala absorción intestinal
– Infertilidad por déficit de ácido fólico y vitamina D
– Obesidad o sobrepeso que mejoran mucho con la retirada del gluten de la dieta o excesiva delgadez.
– Trastornos del sueño
DIAGNÓSTICO
Para diagnosticar la intolerancia al gluten y patología lumbar, lo primero es hacer un análisis de sangre que verifique la presencia de niveles altos de antitransglutaminasa. Muchas veces esta prueba es negativa pero los síntomas desaparecen con la retirada del gluten de la dieta. Entonces se hará otro análisis buscando un marcador genético.
SENSIBILIDAD AL GLUTEN NO CELÍACA (S.G.N.C)
Se diagnostica desde aproximadamente el año 2010 y sus síntomas son similares a los de la celiaquía. No existe atrofia de la vellosidad intestinal pero hay una reacción negativa cuando se consume gluten. No son frecuentes los problemas no digestivos que se asocian a la celiaquía pero sí los digestivos, como la irritación intestinal.
Como ocurre con otros reflejos viscerales, cuando una víscera tiene un problema o enfermedad grave, como en este caso la celiaquía, no suele haber reflejo somático en la musculatura de la espalda. Sin embargo cuando el problema es más leve, como la sensibilidad al gluten no celíaca, suele haber reflejos más marcados.
Esta sensibilidad no celiaca se considera que afecta a 10 veces más personas que la celiaquía.
S.G.N.C EN NIÑOS Y ADOLESCENTES
En niños y adolescentes los problemas viscerales suelen ser menos frecuentes, pero sin embargo suele haber problemas musculoesqueléticos evidentes. Estos problemas están derivados de una inflamación del intestino delgado en el lado derecho (íleon) que provoca un out-flare o apertura iliaca. Esta apertura la provocan músculos de la cadena de apertura como el piramidal, el tensor de la fascia lata, los glúteos mediano y menor, el bíceps femoral, el vasto externo del cuádriceps…
Las sensaciones o dolores más frecuentes son dolor en la ingle derecha, en sacroilíaco derecho, en el tensor de la fascia lata derecha y dolor rotuliano por inhibición del vasto interno y exceso de tono en el externo.
S.G.N.C EN ADULTOS
Los síntomas en adultos suelen ser los mismos a nivel musculoesqueléticos, salvo que en adultos suele haber más afectación lumbar, especialmente hernia lumbar entre la 4ª y la 5ª por rigidez indolora en la charnela dorsolumbar. Son frecuentes síndromes de piramidal, dolor sacro iliaco, coxo-femoral, artrosis precoz…
Sin embargo los síntomas digestivos antes mencionados son mucho más frecuentes y coexisten con los musculoesqueléticos.
EXPLORACIÓN
– Bipedestación (desde atrás): cresta iliaca derecha más alta y rotación lumbar izda y torsión pélvica donde la EIAS derecha está más baja que la izda.
– Sedestación: se mantiene la cresta iliaca derecha más alta y aparece bloqueo sacro iliaco derecho en el test de arrastre.
– Supino. EIAS izda cefálica y derecha caudal. Falsa pierna larga derecha y corta izda.
– Prono: giba lumbar izda y palpación dolorosa en L4 derecha. Sacro orientado hacia la izquierda.
Sería conveniente acabar la exploración con la palpación de la fosa iliaca derecha que debe resultar mucho más dolorosa en comparación con la izquierda debido a la inflamación del intestino delgado y el colon ascendente en esta zona.
TRATAMIENTO
Obviamente el tratamiento debe pasar siempre por la retirada total del gluten. Si esto se hace radicalmente, el dolor suele desaparecer después de 15 o 20 días, sobre todo en personas jóvenes y muchas veces ni siquiera hace falta aplicar terapia manual.
En personas adultas las técnicas manuales son importantes para reeducar toda la zona lumbar relajando y potenciando diferentes músculos a base de ejercicios, masaje y estiramientos, puntos gatillo, acupuntura…
Otro punto interesante es la presencia añadida del estrés, que podrá desencadenar la aparición de este tipo de problemas. Por eso en muchas ocasiones la persona dice no haber cambiado de dieta y no comprende por qué se presenta esta dolencia. Sin embargo a la mala alimentación se ha sumado un largo proceso de estrés y ansiedad que repercute de forma importante en nuestras vísceras y son un componente añadido a todo lo anteriormente explicado.