
30 May COLON IRRITABLE Y SU REPERCUSIÓN EN LA ESPALDA
En este post hablaré sobre el colon irritable y su repercusión en la espalda. Es un tema que, a mi jucio, es muy interesante ya que es un problema muy frecuente y pocas veces se relaciona con dolores y patologías lumbares. Sin embargo, como veremos a continuación, hay que prestar mucha atención lo unidos que pueden estar en muchos casos.
¿QUÉ ES EL SÍNDROME DEL COLON IRRITABLE?
Se dice que una persona sufre de colon irritable cuando tiene frecuentes dolores abdominales acompañados, en algunas ocasiones, de periodos de estreñimiento y en otras, de episodios de diarrea. Se realizan pruebas al paciente y todo sale normal.
No se sabe con certeza cuál es la causa de este síndrome. Se cree que existe un claro componente genético, pero también influye el tipo de alimentación que lleve el sujeto, el nivel de estrés y en definitiva del tipo de vida de cada paciente. Se cree que es un conjunto de factores los que desencadenan que aparezca este síndrome y hay que abordar cada caso de forma individual.
REPERCUSIÓN A NIVEL MUSCULAR Y ARTICULAR
El tramo de colon que está en espasmo cuando existe esta patología es el descendente, que se encuentra en el lado izquierdo del abdomen.
Este espasmo va a provocar una rigidez en la zona lumbar alta y esta rigidez, que no suele notarse, hace que exista una inestabilidad en los segmentos lumbares bajos por un exceso de movilidad, sobre todo en L5 – S1. Debido a esto aparecerá dolor lumbar siempre hacia el lado izquierdo y en ocasiones dolor en la zona de la ingle izquierda. Si esta situación se mantiene en el tiempo y se acompaña de mala alimentación y malos hábitos posturales, pueden aparecer, incluso, hernias discales a nivel lumbar.
Hay que tener en cuenta que el colon descendente tiene una influencia directa en la musculatura lumbar (psoas ilíaco y cuadrado lumbar). Si el intestino está en espasmo, esta musculatura se verá comprometida de la misma manera, provocando una inclinación lumbar izda y un desequilibrio a este nivel que facilitará la aparición de lesiones.
CAUSAS
Alimentación
Hay algunos alimentos irritantes que pueden colaborar en este problema:
– Lácteos
– Café
– Chocolate
– Dulces
También existen otro tipo de alimentos que generan gases que el paciente debe conocer y evitar. Normalmente suelen ser las legumbres, la coliflor, la col o la cebolla, pero dependerá de cada persona.
Estrés y Medicina tradicional china
El estrés prolongado en el tiempo, como indiqué al comienzo del post, puede ser uno de los desencadenantes de esta patología. Según la medicina tradicional china el colon irritable se produce por un tipo de estrés particular que consiste en la necesidad de mostrar siempre nuestra mejor cara, sumado a la incapacidad de decir NO a las demandas que nos hacen otras personas. Este tipo de comportamiento genera una gran tensión emocional y puede desencadenar las cada vez más frecuentes crisis de ansiedad.
POSIBLE TRATAMIENTO
Podemos abordar el tratamiento para el sindrome del colon irritable y su repercusión en la espalda mediante las terapias manuales para intentar relajar nuestra musculatura lumbar y visceral. Existen numerosas técnicas muy útiles, tanto para los primeros estadios donde solo existen problemas musculares y dolor, como para fases más avanzadas donde ya existen problemas discales y dolores neurológicos irradiados. Solo hay que dar con la terapia que más nos convenga y encontrar un buén profesional.
El ejercicio físico controlado y moderado será, como casi siempre, de gran ayuda. Tanto para fortalecer nuestra faja abdominal y otros grupos musculares, como para liberar estrés y ansiedad.
En tercer lugar, como he apuntado anteriormente, habrá que estar muy pendiente de la alimentación. Recibir ayuda de un buen profesional que nos guíe de forma personalizada puede ser muy útil para intentar resolver o, al menos, reducir la incidencia de esta patología.
Además podemos incluir una infusión de plantas medicinales que incluya:
– Cardo mariano, valeriana, diente de león, hipérico, manzanilla amarga, tila, cola de caballo, salvia, espliego, zaragatona y pasiflora.
Todas a partes iguales, por ejemplo 50g, salvo cardo mariano que sería la mitad, en este caso 25g. Hay que mezclar todas y hacer una infusión con una cucharada tres veces al día. Habrá que prolongar el tratamiento durante al menos un mes, pero se podrá alargar hasta tres o cuatro meses.