
14 Jun APUNTES SOBRE LA ANSIEDAD
MI INTENCIÓN EN ESTOS APUNTES SOBRE LA ANSIEDAD
No pretendo con estos apuntes sobre la ansiedad escribir un texto científico o muy técnico sobre el tema. Principalmente porque no soy un profesional de la salud mental y mis escasos conocimientos se basan en algunas lecturas, en conversaciones con gente que lo sufre y en mi experiencia como habitante de este mundo. Mi intención con este post, no es otra más que sacar a la palestra y poner en debate una vez más un problema del que, a mi juicio, no se habla lo suficiente para las dimensiones que está cogiendo.
Por todo esto quiero pedir disculpas de antemano a todos los entendidos y profesionales si ven que «patino», que me confundo o que mis argumentos son poco consistentes. Y no solo eso, sino que me encantaría que fueran ellos y todo aquel que sienta que tiene cosas importantes que aportar, los que completarán estos apuntes sobre la ansiedad. Podéis hacerlo desde los comentarios en la publicación que presenta este post en mis RRSS.
Entrando en materia
Me resulta preocupante la manera en que se están multiplicando los episodios de estrés y ansiedad en nuestra sociedad. Personas de todas las edades y condiciones sociales. Gente muy joven y que, aparentemente, no tiene problemas importantes en su vida y sufre episodios de ansiedad intensos y continuados. Personas que, sin tener un trabajo muy exigente físicamente y que no son propicios a tener malas posturas, padecen dolores musculares prolongados debido al estrés emocional.
El otro día, en una reunión de amigos y amigas, cuatro personas confesaron haber sufrido crisis de este tipo y dos de ellas estaban yendo a terapia por este problema. Una de ellas, un buen amigo mío que tiene una vida relajada, con una buena posición social, una dieta equilibrada y que practica deporte frecuentemente, había empezado a tener crisis de ansiedad a raíz de un problema familiar. Como era un auténtico analfabeto del tema, se asustó en un primer momento y cuando las crisis se repitieron tuvo que empezar a ir a terapia. Por suerte está avanzando muchísimo para resolver su problema.
En cuanto a mi trabajo, es raro que pase una semana sin que trate a una persona que sufre o ha sufrido crisis de ansiedad en su vida.
¿PERO QUÉ ES UN TRASTORNO DE ANSIEDAD?
Para los más despistados, un trastorno de ansiedad es un sentimiento de angustia, miedo o pánico que aparece de forma repentina e impredecible, se repite de forma continuada y que puede durar varias horas. Este sentimiento se manifiesta también de forma física de distintas maneras. Las más comunes son: opresión en el pecho, palpitaciones, aumento de las pulsaciones, dolor de cabeza, sudoración, falta de aire o tensión muscular. Muchas personas con episodios fuertes afirman incluso sentir que van a morir.
Estas crisis de ansiedad interfieren, obviamente, en el día a día de las personas que las padecen y pueden ser limitantes si no se controlan y no se recibe ayuda por parte de profesionales. Es frecuente que aparezca cuando la persona sale de casa, entra en un centro comercial o está yendo a trabajar. Pero no es extraño que se desencadene cuando se está tranquilamente tumbado en el sofá o en la cama.
¿QUÉ ESTÁ SUCEDIENDO?
Una situación actual complicada para todos
Obviamente la situación excepcional que estamos viviendo es uno de los motivos por los cuales están aumentando los casos de ansiedad. No hace falta extenderse mucho escribiendo sobre lo que ha supuesto para muchas personas ver mermada su libertad a la hora de desplazarse. Verse obligado a quedarse en casa para trabajar día a día, muchas veces compartiendo espacios pequeños con sus hijos o parejas ha hecho que se produzcan episodios de tensión o discusiones que antes no se producían.
El hecho de llevar mascarilla puesta tantas horas es, desde mi punto de vista, otro de los aspectos que nos ha generado mucho estrés. Esa sensación de tener que protegerse constantemente no creo que sea muy beneficiosa para el «coco». Si a eso le sumamos las constantes noticias catastrofistas y el clima de tensión política y social asfixiante que vivimos, creo que tenemos unos buenos ingredientes para estar estresados.
Un problema que viene de lejos
En mi opinión, estos meses no han hecho más que acelerar un proceso que ya venía produciéndose tiempo atrás. Por eso me parece importante intentar indagar más sobre posibles motivos que están conduciendo a tanta gente a esa situación.
RRSS y medios de comunicación
Desde mi punto de vista uno de los factores más determinantes son las nuevas tecnologías, las RRSS y el uso que se hace de ellas. Este tema es interesantisimo y da para escribir varios libros. Por poner un ejemplo, en El arte de pensar, José Carlos Ruíz escribe largo y tendido sobre cómo las redes sociales se convierten en una fuente de frustraciones, envidias, depresiones y ansiedades constantes para sus usuarios. El autor explica con mucha claridad de qué manera hemos pasado de compararnos con nuestro vecino o compañero de clase a compararnos con millones de personas de todo el planeta, de forma que siempre encontramos gente que es «más» que nosotros en todos los aspectos.
Otro argumento que me parece clave es la manera en que se nos «impone» ser felices y «molar mucho», hacer planes de forma compulsiva, ir a los merjores restaurantes o a los lugares de vacaciones más de moda y fotografiarlo todo con el fin de exhibirlo. Todas esas imágenes de personas felices que hacen cosas divertidas y emocionantes, nos dan la falsa sensación de que sus vidas son así continuamente y, si no se está preparado, podemos llegar a sentirnos muy tristes o fracasados cuando no tenemos planes o no disponemos de dinero para irnos de vacaciones a esa playa paradisiaca.
A veces no lo conseguimos
Esto se relaciona directamente con otra idea que se nos intenta «vender» desde RRSS, medios de comunicación y libros de autoayuda. La idea de que si trabajas muy duro, lo deseas muy fuerte y se lo pides al universo, es posible conseguir todo lo que te propongas, incluso si lo que te propones es ganar un montón de dinero y tener un trabajo apasionante. Se nos ponen ejemplos, como Steve Jobs o Amancio Ortega, para hacernos pensar que con tener un garaje y algo de ingenio se puede levantar un imperio. Pero por desgracia la realidad no esa. Algunas personas luchan y se dejan la vida intentando sacar adelante sus proyectos, pero fracasan. Otras tienen trabajos que no les apasionan pese a haber estudiado algo que, a priori, si les apasionaba y muchísimas personas directamente no tienen oportunidades.
Con todo esto no pretendo hacer apología del conformismo o la vagancia. Creo que el esfuerzo casi siempre se ve recompensado y es necesario en todo momento para sentirse realizado. Marcarse metas y objetivos nuevos es siempre motivante y nos hace crecer. Pero no podemos olvidarnos de intentar disfrutar durante el proceso con cada cosa que hacemos para conseguirlos. Y sí, a veces hay que saber donde está nuestro límite y conformarnos con lo que hemos conseguido. Marcarnos constantemente metas más altas u objetivos que están muy por encima de nuestras posibilidades puede conducirnos a la frustración e infelicidad.
La vida como un Tinder constante
Si alguna vez has utilizado una red social de ligoteo, entenderás bien de lo que hablo. Tenemos muchas opciones y no terminamos de profundizar en ninguna. Todo pasa rapido y se deshecha con la misma velocidad. En cuanto vemos el mínimo fallo, descartamos y pasamos a lo siguiente. Este es, en muchos casos el uso que se hace de estas RRSS. Pero si estamos un poco atentos, todos nos damos cuenta de que actualmente hay otras cosas que consumimos de la misma manera.
Un ejemplo son las plataformas de cine y series que nos saturan con una oferta abrumadora que nos puede llevar a consumir series de forma compulsiva y a abandonarlas si tienen un ritmo «lento». O directamente a perder tanto tiempo eligiendo que acabemos apagando la televisión desesperados.
Otro caso conocido por todos es el bombardeo de noticias (en muchos casos fake news) al que nos vemos sometidos. Pasamos de un titular a otro sin detenernos a profundizar y olvidamos rápidamente casi todo lo que hemos leído.
Hay otros muchos ejemplos de uso rápido e indiscriminado, como las fotografías o la ropa. Usar y tirar. También lo hacemos con las personas. Y esta forma de consumo pienso que fomenta ese estado de ansiedad del que vengo hablando.
El rey de la ansiedad, el teléfono movil
Ya está casi todo escrito sobre el móvil y el uso que hacemos de él, pero no por ello lo puedo dejar fuera. Siempre tenemos un mensaje, una notificación por mirar o un correo por responder. Avisos constantes y estímulos visuales que nos enganchan a él. Un «estar siempre disponible» que nos esclaviza y nos hace desconectarnos de la vida en 4k que está pasa delante de nosotros.
Una mala toma de decisiones
Además me parece también relevante, el hecho de que muchos nos vemos arrastrados por malas decisiones o una ausencia de estas en los aspectos más importantes de nuestra vida. Por ejemplo en nuestra formación , trabajo, familia o pareja. Dejamos que otras personas decidan por nosotros o tomamos decisiones basadas en el miedo, por ejemplo, a decepcionar a otras personas. De pronto nos encontramos viviendo una vida que no hemos elegido y que no nos satisface.
Autoexigencia, querer quedar siempre bien y no saber decir «NO»
Me parece que estos tres rasgos son muy frecuentes en personas que sufren trastornos de ansiedad y realmente, si te paras a pensar, es totalmente normal que así sea.
Ser autoexigente es necesario en cualquier labor. Las cosas o se hacen bien o no se hacen. Pero cuando esto se lleva hasta el extremo puede hacer que nuestro nivel de estrés se ponga por las nubes. ¡No seamos nuestro peor jefe!
Lo mismo ocurre con el hecho de ser complaciente y ser incapaz de decir que no. Siempre está bién hacer favores a los demás y mirar por el bien ajeno, incluso cuando renunciamos de vez en cuando a mirar por nosotros mismos. Pero en ocasiones es necesario poner limites y saber decir que no. Si por el contrario somos incapaces de hacer esto último y nos comportamos de forma complaciente constantemente nuestra insatisfacción e infelicidad se irán acumulando, haciendo que la ansiedad pueda aparecer en cualquier momento. ¡Hay que respetarse!
La ansiedad, una gran desconocida
Poco a poco, los profesionales de la salud mental, están conociendo más sobre este trastorno y son capaces de hacer que las personas aprendan a controlarlos aunque, en algunas ocasiones, tarden años en desaparecer o nunca lo hagan definitivamente. Por desgracia, me parece que se desconoce aún cuales son, en muchos casos, los motivos que hacen que se desencadene un trastorno de ansiedad en un sujeto.
Otro problema que tienen las personas con ansiedad es que se sienten incomprendidas por las personas que las rodean. Mucha gente no conoce de qué trata todo esto y simplemente piensa que la persona está exagerando o que directamente está «loca», como ocurre por ejemplo con los pacientes de fibromialgia. ¡Aunque cada vez son menos!
Esta es, como decía al comienzo, una reflexión sobre un tema que no está dentro de mi campo pero que me interesa especialmente. Un tema que tengo que me afecta muy de cerca y del que me gusta hablar y aprender. Así que si tú tienes algo que decir al respecto me encantaría conocer tu experiencia.
En el siguiente post, hablaré de forma breve sobre cómo afecta el estrés y la ansiedad a nuestro sistema musculo esquelético. ¡Saludos y mucha fuerza!