ABORDAJE Y TRATAMIENTO DE LAS TENDINOPATÍAS - Nacho Varela
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ABORDAJE Y TRATAMIENTO DE LAS TENDINOPATÍAS

 

Cuando hablamos de tendinopatías nos referimos a una alteración en el tendón. Puede existir lesión o no y puede limitar o no su función. En este post hablaré sobre un posible abordaje y tratamiento de las tendinopatías. Una lesión muy frecuente, tanto en deportistas como en personas que no practican actividad deportiva.

 

Síntomas

 

Los más frecuentes son dolor o molestias localizados cuando comenzamos a mover o activamos dicho músculo. Cuando pasa un tiempo de uso el dolor suele remitir bastante, pero cuando viene la fatiga muscular, el dolor vuelve a manifestarse. Algunos movimientos repentinos y rápidos pueden provocar pinchazos localizados en la zona. En ocasiones puede haber inflamación y impotencia funcional en según qué movimientos.

Con el paso de los años, el abordaje de las lesiones tendinosas se ha ido modificando y adaptándose a las nuevas evidencias científicas descubiertas. Mientras que años atrás se intentaba cambiar la estructura del tendón mediante técnicas directas y manipulación, hoy en día hay corrientes más enfocadas en modificar patrones de movimiento básicos que pueden estar dañando desequilibrando nuestras articulaciones y dañando nuestros tendones.

 

 

 

Estados o fases en las tendinopatías

 

1. Tendinopatía reactiva

Esta fase inicial suele deberse a cargas agudas sobre el tendón o estados de compresión del mismo. Si aumentamos de forma repentina la actividad física sin hacer una adaptación progresiva o recibimos una contusión directa sobre el tendón, podremos sufrir una tendinopatía reactiva.

Si, por ejemplo, no estás acostumbrado al bricolaje en casa y se te ocurre montar 5 muebles con sus respectivos tornillos de forma manual, es posible que desarrolles una tendinitis reactiva en la zona del epicóndilo.

También puede ocurrirte si llevas retirado de toda actividad física una temporada (como un verano) y decides reiniciar de forma súbita sin adaptación. Por ejemplo jugar 4 partidos de tenis en una semana. Además si durante este parón has sufrido una infección y has usado medicación, como antibióticos o corticoides, las posibilidades aumentan, ya que estos tienen una gran influencia sobre la resistencia del tejido. El sistema inmunitario tiene un peso importante en los procesos regenerativos de nuestros tejidos.

Si lo miramos al microscopio, en este tipo de tendinopatía podemos observar hiperactividad celular en el tendón tras una carga de alta intensidad. Además el tejido atrae agua mediante moléculas hidrófilas. No hay cambios en las fibras pero sí se observa una hinchazón para que el tejido se adapte a la nueva carga.

Si bajamos la carga lo suficiente o incrementamos el tiempo de reposo entre sesiones, el tendón poseé la capacidad de volver a su estado original.

Para una buena recuperación será importante prestar atención a la calidad y cantidad de sueño, a nuestra nutrición, hidratación y tratamiento de infecciones ya que algunos medicamentos tienen un efecto nocivo en la recuperación natural de los tejidos. No habrá que descuidar tampoco el control de nuestro estado emocional ya que el estrés, la ansiedad y la preocupación pueden afectar negativamente en este proceso regenerativo.

 

 

 2. Tendón desestructurado.

Cuando la regeneración y la recuperación no se llevan a cabo con éxito, nuestra tendinopatía puede entrar en la fase II. Esta se identifica con más desorganización en la matriz celular y con una mayor desorganización de las fibras tendinosas. Además aumenta la producción de colágeno y proteoglicanos. Es una fase intermedia entre una tendinopatía reactiva y un tendón degenerado.

Esta desestructuración es asintomática. No cursa con dolor y no se aprecia en pruebas de imagen. Antes se pensaba que este estado era reversible a corto plazo pero en la actualidad se sabe que no es así de sencillo ya que este tipo de colágeno puede tardar en renovarse entre 7 y 12 años.

 

3. Tendinopatía degenerativa

Se da cuando existe un aumento en la desorganización de la matriz y el colágeno. No existe una estructura alineada en sus fibras. También se dan cambios en los vasos que irrigan el tendón. Pueden existir zonas con células muertas. Todo esto provoca que este tendón sea incapaz de soportar cargas o tensión. El tejido genera sustancias que producen dolor y existe hipersensibilidad por la activación del nervio periférico. Se piensa que este grado de lesión en el tejido es casi irreversible.

Sin embargo, hay evidencias de que si en el tendón dañado hay zonas de tejido sano, este podría aumentar su tamaño creando nuevas zonas sanas que compensan el área dañada. Existe entonces un engrosamiento que es, en teoría, una adaptación positiva para poder conservar la funcionalidad.

 

 

 

Tratamiento de las tendinopatías

 

Existen diferentes aspectos a tener en cuenta para el abordaje y tratamiento de las tendinopatías

 

Reposo

 

Como en otras lesiones, dejar la actividad que puede estar provocando nuestra lesión durante unos días hará que la inflamación se reduzca y los procesos naturales regenerativos del cuerpo puedan desarrollarse de forma más eficaz.

 

Analgésicos y remedios anti-inflamatorios

Existen numerosos tratamientos que tienen como finalidad reducir el grado de dolor que sufre el paciente. Los más comunes son antiinflamatorios, analgésicos, ondas de choque, infliltraciones y raspados quirúrgicos. Estos tratamientos pueden ser eficaces a corto y medio plazo pero a largo plazo no es tan evidente.

Se ha demostrado que los antiinflamatorios retrasan el proceso de regeneración de tejido conjuntivo y tienen un efecto no deseado sobre el proceso de recuperación del tendón.

Se ha demostrado, por ejemplo, que el ibuprofeno tiene efectos negativos en la reacción de recuperación celular.

Todos estos fármacos no tienen efectos a nivel de resistencia en el tejido o mejoras en a coordinación  por lo que pueden aumentar las posibilidades de que la lesión vuelva a aparecer.

 

Programas de cargas controladas

Estos programas de cargas tienen muchos beneficios para los tendones y los músculos lesionados. Mejoran la coordinación y la funcionalidad. Una rehabilitación que incluya un programa con aumento gradual de carga hacen que mejoren la fuerza, el control muscular y la resistencia.

Es importante modificar y mejorar la higiene postural y gestual durante las acciones que pueden estar provocando la lesión. También es necesario evitar fuerzas reactivas súbitas como saltar , golpear, girar… y realizar actividades o ejercicios con movimientos muy controlados y suaves. Así podremos continuar realizando ejercicio físico durante las todas las fases de la recuperación.

 

Tratamientos dirigidos a la estructura tendinosa

Los tratamientos de hace unos años se enfocaban en conseguir cambios en la estructura del tendón. Pero actualmente, existe cada vez más evidencia de la escasa relación entre dolor y estructura.

Durante la primera fase de la lesión, los tratamientos que se centran en el cambio de estructura, pueden agravar dicha lesión. Por ejemplo el masaje trasverso profundo , las inyecciones o el ejercicio excéntrico con cargas altas. Por el contrario es más efectivo trabajar bajando y adaptando cargas con ejercicios isométricos.

Como en toda lesión inflamatoria, durante la primera fase de la tendinopatía la nutrición jugará un papel muy importante. Deberemos evitar, por ejemplo, la carne de cerdo, los lácteos, el gluten o el alcohol.

Durante la fase III es interesante aportar suplementos alimenticios, como la L-carnosina o los antioxidantes, que nos ayuden a la eliminación de residuos del metabolismo de la glucosa. El exceso de calorías, azúcar o hidratos puede aumentar el desarrollo de estos residuos.

Durante las fases II y III , los ejercicios excéntricos han demostrado estar indicados para reducir el dolor y aumentar la capacidad funcional de los tejidos. De esta manera trabajaremos sobre las zonas alineadas y sanas del tendón y no sobre las fibras desorganizadas.

 

 

 

La remisión del dolor hace que la persona elimine una barrera a la hora de volver a la práctica deportiva. Sin embargo pueden aparecer debilidades musculares o alteraciones en la coordinación que pueden facilitar una recaída.

Ser constante en nuestra rutina de ejercicios de rehabilitación, respetar las cargas y estar atentos a nuestra higiene gestual y postural, será crucial para evitar que esto se produzca. Sin olvidarnos nunca de tener buenos hábitos alimenticios y una buena salud mental y emocional.