
18 Sep ¿POR QUÉ ME DUELE LA PLANTA DEL PIE?
Existen diferentes tipos de patologías que pueden provocar sensación de dolor en la planta del pie. La talalgia o dolor en el talón puede deberse a problemas artríticos, neuropáticos, infecciosos o traumáticos, pero la causas principales suelen ser mecánicas. Estas últimas son las que vamos a ver en este post.
En función de la localización del dolor este se deberá a una causa o a otra. Por eso es importante hacer un buen diagnóstico con una precisa exploración física en carga y en descarga y una historia clínica detallada.
Dependiendo de la zona del pie donde se localice el dolor, atenderemos a causas diferentes.
1. Dolor en la región plantar:
Según un estudio las causas más comunes de dolor en esta región son la fascitis plantar (53%) y la atrofia de la grasa subtalar (9,2%). Hay también otras causas menos frecuentes como pie plano o cavo, ruptura de la fascia o neuropatías.
a) Fascitis plantar.
Normalmente se debe a una sobrecarga mecánica que hace que se produzcan microrroturas en la entesitis calcánea. Hay muchos factores que pueden aumentar la tensión en la fascia, como la obesidad o la rigidez en el tendón de Aquiles.
Suele doler más al dar los primeros pasos tras levantarse de un reposo prolongado y va disminuyendo a medida que se camina. Sin embargo este dolor crece cuando se está mucho tiempo de pie, al subir escaleras y al andar descalzo.
En la exploración dolerá la tuberosidad medial del calcáneo y la puesta en tensión de la fascia.
b) Atrofia de la grasa subtalar.
La grasa subtalar está situada debajo del hueso calcáneo y su función es amortiguar y proteger la zona de los impactos. Esta es una función importante ya que en cada paso se genera el equivalente al 110% del peso del cuerpo y ese porcentaje puede aumentar en muchos casos.
Es frecuente que la degeneración de esta grasa se confunda con fascitis, pero a diferencia de esta, el dolor aumenta al caminar y puede doler en reposo. Es un dolor menos localizado y suele doler en ambos pies.
c) Fractura por estrés del calcáneo.
Es una fractura común en el pie y se suele dar sobre todo en corredores.
En las fracturas el dolor crece cuando aumenta la carga y se corre en superficies más duras. Normalmente acaba doliendo también en reposo.
Es importante hacer pruebas radiológicas para diagnosticarla.
d) Atrapamiento neural.
Es debido a un atrapamiento del nervio tibial posterior a su paso por el túnel del tarso o alguna de sus ramas en su paso por los abductores. Es conveniente asegurarse de que no existe radiculopatía en L4-S1.
Hay factores que favorecen esta patología como el pie plano o el sobrepeso.
El dolor difuso puede ir acompañado de sensaciones neurológicas como hormigueo o quemazón.
2. Dolor en la región posterior:
a) Tendinopatía del tendón de Aquiles.
Esta es la causa más frecuente de dolor en la zona posterior del talón. Las causas pueden ser intrínsecas, como desequilibrios musculares o extrínsecas, como el calzado inadecuado.
Hay dolor e inflamación en la zona y los síntomas aumentan poco a poco. Existe rigidez matutina y limitación al movimiento de dorsiflexión.
b) Deformidad de Haglund y bursitis.
La deformidad de Haglund es una prominencia en la parte superior de la cara posterior del calcáneo (imagen3). En esta zona se localizan dos bursas (retrocalcánea y retroaquílea), ambas susceptibles de inflamación.
Aparece dolor e inflamación en la zona que aumenta con el roce del calzado.
3. Dolor en la región medial y lateral:
a) Tendinopatía del tibial posterior, flexores y peroneos.
La lesión en estos tendones es debida al sobreuso o a un atrapamiento y compresión de estos. Hay factores, como el pie plano o la obesidad que predisponen a padecer esta lesión.
Para diagnosticar correctamente es importante hacer maniobras de puesta en tensión selectiva de los músculos que están implicados.
Es muy frecuente confundir este cuadro con una fascitis plantar.
4. Conclusión.
La talalgia es una patología bastante frecuente entre la población y tiene un origen variable. Pese a que la causa más frecuente es la fascitis plantar, hay que tratar de ir más allá y descartar otras posibles causas que se deben tener en cuenta, como las de origen mecánico, reumatológico, neurológico o sistémico.
En este post solamente se han tratado las causas de origen mecánico.
Es importante realizar una historia clínica y exploración física del sujeto y además, en muchas ocasiones, será necesario contar con un mejor diagnóstico mediante pruebas de imagen como Rx o RMN.