¿POR QUÉ CAMINAS ENCORVADO? - Nacho Varela
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¿POR QUÉ CAMINAS ENCORVADO?

 

¡Andas encorvado!

 

 

Después de soportar durante años en la infancia frases del tipo: ¡Echa los hombros para atrás! ¡Andas encorvado!… Probablemente haya tocado una visita al traumatólogo, que tras descartar alguna lesión importante, indica lo más lógico en estas circunstancias: fortalecer los músculos de la espalda, que como están débiles, no consiguen llevar los hombros hacia atrás.

 

Y es este análisis el que precisamente ocasiona otro problema en la persona que sufre su “encorvamiento”, porque no se está analizando correctamente el motivo de su problema.

 

 

 

Músculos vencedores y vencidos

 

Este es un diagnóstico incompleto que, en muchas ocasiones, puede no solucionar el problema de «encorvamiento». En nuestro sistema muscular algunos músculos son considerados «vencedores» muy potentes y otros «vencidos» que son antagonistas a los anteriores y normalmente más débiles. En el caso de los hombros, cuando permanecen caídos, adelantados y en ocasiones ligeramente rotados internamente, hay una serie de músculos que son claramente «vencedores» y a los que no se presta la suficiente atención en la mayoría de los casos.

 

Existen tres músculos potentes que debemos tener en cuenta: Pectoral menor, porción corta del bíceps y coracobraquial.

¿Qué tienen en común estos tres músculos? Lo primero es que se encuentran en la parte anterior del cuerpo y segundo y es que se insertan en la apófisis coracoides en la escápula.

 

Esto quiere decir que el acortamiento de uno o varios de estos músculos va a provocar una proyección de los hombros hacia delante que normalmente se ve acompañada de un aumento de la cifosis dorsal y una antepulsión de la cabeza.

Hay otros músculos que también pueden estar hipotónicos cuando nos encontramos con este problema, como el trapecio, el romboides o el dorsal ancho.

 

Síndrome cruzado superior

 

Hay que mencionar también que en muchos casos, cuando los hombros se encuentran en esta posición, es debido a que hay un problema que se conoce como síndrome cruzado superior. El síndrome cruzado superior se puede percibir fácilmente mediante estos puntos:

  • Los hombros se encuentran encorvados, debido a un acortamiento de los músculos pectorales. La cabeza en posición adelantada, acompañada de un aumento de la cifosis dorsal.
  • Encontramos también una gran tensión en la zona suboccipital y posterior del cuello y nuca, debido al aumento de la lordosis cervical.
  • Disminución del espacio entre las orejas y los hombros, situación que aporta aún más tensión al trapecio y angular de la escápula.
  • Y por último y no siempre presente la aparición de una discreta escápula alada, debido a la debilidad del serrato anterior.

 

¿Qué debo hacer?

 

Aconsejar un programa de fortalecimiento de la musculatura «vencida» (que en este caso serían todos los rotadores del húmero y aductores del omóplato) sin antes hacer un tratamiento de relajación y estiramiento de los músculos «vencidos» puede hacer que no se obtengan resultados e incluso se generen nuevos conflictos de tensiones.

 

Además de trabajar con estiramientos, masaje y osteopatía en la musculatura y articulaciones implicadas en esta patología, será muy interesante la educación del sujeto mediante la reeducación postural. Será crucial que además de una serie de ejercicios y estiramientos diarios, se procure por parte del sujeto un estado de alerta o consciencia postural en su vida diaria.

De esta manera se obtendrán resultados positivos en el corto plazo y sobretodo serán duraderos en el tiempo.

 

La personalidad cuenta

 

Hay otro aspecto que no se puede dejar de tener en cuenta cuando nos encontramos con esta patología y es el de la personalidad del individuo. Este tipo de postura de «protección» se relaciona con personas tímidas e introvertidas, en ocasiones con una autoestima baja que han sufrido algún tipo de trauma o abuso en su infancia. Así que será muy interesante cualquier trabajo o abordaje que tenga que ver con el plano psicológico a la hora de tratar este problema.

Y cómo no, el móvil…

 

 

Por último me gustaría mencionar algo obvio pero no por ello menos importante, el uso de los ordenadores y los dispositivos móviles. Estos nuevos hábitos están haciendo que la musculatura anterior del cuello permanezca contraída y acortada durante mucho tiempo, mientras que la cadena posterior está más estirada pero sigue trabajando para sujetar la cabeza. Este desequilibrio provoca una gran fatiga en esta última y favorece la postura mencionada durante este post.